Como sabéis a la mayoría de los madrileños, nacidos en la capital, se les conoce como "gatos".

 El origen del termino se remonta a principios de la Edad Media (1083) bajo el reinado de Alfonso VI, rey de Castilla. Dicho rey planeaba liberar Toledo (en ese momento era la ciudad más importante de la península) del dominio musulmán. Pero a unos 60 Km. se hallaba la fortaleza musulmana de Magerit (así se denominaba antiguamente Madrid.

Parte de la muralla islámica de Magerit (Madrid) al lado de la Catedral de la Almudena

Alfonso VI (apodado el "Valiente") se dio cuenta que era un error conquistar Toledo y dejar esta fortaleza morisca en la retaguardia. Por todo ello, se llevó a sus tropas hasta la fortificación amuralla de Magerit, la sitió, y se preparó para la batalla. Pero al estar ya allí comprobó que iba a ser todo mucho más difícil de lo que había imaginado, ya que las defensas del enemigo parecían inexpugnables y no presentaban puntos débiles. Pero a pesar de todo esto Alfonso VI  se reunió con sus tropas para darles ánimos antes de la batalla y el asalto a las murallas de la ciudad, incluso a sabiendas de que sus posibilidades eran casi mínimas.

Tras retirarse a su tienda a pensar por donde atacar esas murallas infranqueables y justo cuando estaba a punto de rendirse y retirarse a su lecho, los guardias le trajeron a un adolescente ansioso por luchar contra los musulmanes que se había colado entre los guardias y había entrado en el campamento.

El rey divertido por la persistencia del muchacho le preguntó como se llamaba y este le contestó que le llamaban "Gato", que era el apodo que le habían puesto los soldados por su habilidad y destreza para escalar muros que otros no podían. Aquello le dio a Alfonso una idea que compartió con Gato.

Al día siguiente poco antes de amanecer, el muchacho a escalar el muro con una soga colgada al hombro, hasta una altura que parecía imposible nadie pudiera llegar. El enemigo al pensar que era una altura infranqueable dejo casi sin defensa ese muro.

Gato con un cuchillo comenzó a perforar pequeños agujeros entre los ladrillos del muro y trepando como un felino llegó hasta la torre de vigilancia. Aseguró un extremo de la soga y lanzó el otro hacia abajo para que pudieran cogerlo los soldados, subieran, silenciaran a los guardias y después lanzar un ataque por sorpresa. Y la leyenda cuenta que gracias al ágil e intrépido Gato se pudo ganar la batalla, y que Alfonso "el Valiente" conquistó Magerit.

Muralla de Madrid

Gato se convirtió en un héroe nacional tan famoso que con el paso del tiempo el termino "gato" identificó a cualquier persona valiente de Madrid y finalmente su significado se extendió a cualquiera que hubiese nacido en la ciudad.

        Años más tarde, el muchacho cambió su apellido por el de Gato y se convirtió en uno de los apellidos más conocidos de la ciudad. Durante siglos los descendientes de la familia Gato incluyeron una imagen de este animal escalando un muro en su escudo de armas, en homenaje al "Gato" original.

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